sábado, 14 de noviembre de 2009

A las ánimas benditas
No se les cierra la puerta
Pero se les pide perdón
Y ellas se van tan contentas
Canción popular Aragonesa

Death men tell no tales

Los muertos no hablan. No. Hablan sus huesos. Habla el aire que los vió descender y que soplaba, la brisa, cuando ellos bajaban. Hablan los ojos, siempre presentes en la memoria. Habla ese olor que no pudimos olvidar, lleva su fragancia la tarde en que suenan las campanas. Vuelven en los sueños, en las horas de vigilia. De la misma manera que a Scrooge los visitan, como ánimas benditas. Son la conciencia. Por mucho que Poncio Pilatos se lave las manos siempre quedará en ellas... Y siempre quedará una cinta azul sobre el reclinatorio.

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