Nada envenena más el aire que la calumnia. Por eso se dice de algunas personas que tienen la lengua envenenada. Tradicionalmente el veneno ha sido un arma femenina. No por nada, sino porque no disponían de otra.La fuerza bruta, o la agresión física y la psicológica son armas igualmente destructivas. Del mismo modo que una sonrisa te tranquiliza y te predispone favorablemente un grito o un mal gesto tiene la misma fuerza en el sentido contrario. ,
Respecto a los envenenamientos, y ya cambiando de tercio, me parece que el movimiento 15-M le ha hecho un flaco favor a la izquierda. Ha servido a la derecha (y a los medios) para presentar a las personas que pedían una alternativa democrática, como irresponsables, causantes de desorden, y de esta manera restar credibilidad a sus propuestas que, hoy día son la única alternativa para un mundo justo y sostenible. Le ha servido al PP para asustar a los indecisos palabras como suciedad, desorden etc.. han ido asociadas a este movimiento. Que era el único cambio posible. Mientras el PP esgrimía el eslóngan de CAMBIO; Cambio ¿Qué cambio? Si alguien me lo puede explicar.
El capitalismo ha ensuciado nuestros ríos, contaminado nuestro aire, deforestado nuestros bosques, causado la extinción de cientos de especies...existen poblaciones enteras desnutridas, niños que van a la guerra con 7 años, centrales nucleares y armas nucleares que podrían destruir todo el planeta, nuestras costas están sobreedificadas por la especulación del suelo, nuestros mares contaminados, como los pescados que comemos, en los restos de cada alimento que consumimos se pueden encontrar residuos tóxicos, la capa de Ozono se ha reducido en algunas zonas del planeta. En fin ¿alguien piensa en el cambio? El otro día estaba sentada junto al puente del 5º Centenario, estuve aprox 40 minutos, y en esos 40 minutos la hilera de coches que pasaban sobre el puente no dejó en ningún momento de estar iluminada, ¿alguien con dos dedos de frente puede pensar que si eso ocurre en 200 m o en 500 m es realmente sostenible?
domingo, 27 de noviembre de 2011
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