El Cristo de Velázquez
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| Inmóvil y perfecto, estás clavado. | | |
| Nuestra mortal angustia se estremece | | |
| cuando ni sombra de dolor parece | | |
| donde todo el dolor se ha consumado. | | |
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| Grita, Señor. Retuércete. ¿El costado | | |
| no atravesó una lanza? ¿No te mece | | |
| el dolor en su cuna? ¿Qué flor crece | | |
| en tu frente, que así te ha coronado? | | |
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| ¿No es tu sangre de hombre la que vierte | | |
| el cuerpo, ni sudor el que derramas, | | |
| ni peso humano el que te tiene inerte? | | |
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| ¿Por qué, entonces, Señor, hombre, no clamas? | | |
| ¿O es que te tiene en pie frente a la muerte | | |
| la fuerza de lo mucho que nos amas?
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: José Antonio M. R.
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