domingo, 29 de septiembre de 2019

ArribaAbajoMiguel

ArribaAbajoTú, mejor que nadie, a tus alturas,
sabes que no, Miguel, sabes que no.
Mientras mordiste el ajo vivo
y la almendra amarga y las collejas,
y te agarraste a la esteva, y fue el silbido
tu palabra; mientras bañaste
en tus ojos la luz del campo, y no cubriste
sino con cáñamo tus pies, y acariciaste
tu libertad para ti mismo.
Mientras mordiste los ásperos limones
y el barro, Miguel, que era tu nombre, fue tu tierra,
y hablaste con silbidos los diálogos
de la tierra, la madre, fue en tus labios
fiel clavel de la tierra, la palabra.

José A. Muñoz Rojas.

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